Gente de Pascua en Misión: Pentecostés
Desafío de las Escrituras sobre Hechos de los Apóstoles
Desafío de las Escrituras sobre Hechos de los Apóstoles
Felicidades por completar el Desafío de las Escrituras sobre Hechos de los Apóstoles: ¡Gente de Pascua en Misión!
Hoy es la fiesta de Pentecostés, que celebra la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, María y los primeros seguidores reunidos la Habitación Superior (Hechos 2). La fiesta de hoy no es solo una conmemoración de un evento de hace dos mil años. Es una oportunidad para nosotros de abrir nuestro corazón y revestirnos del poder de lo alto y ser renovados en la misión iniciada por Jesús y los apóstoles.
“El libro de los Hechos de los Apóstoles termina en el capítulo 28 con Pablo bajo arresto domiciliario en Roma, todavía predicando valientemente el Evangelio. Lucas pone fin al libro sin terminar la historia porque la misión de la Iglesia continua en toda era. ¡Nosotros estamos viviendo el capítulo 29 de los Hechos de los Apóstoles! La ecología del Nuevo Testamento en el cual se hizo llegar el Evangelio en el mundo antiguo es la ecología de la Iglesia de hoy. Es por tanto que incluye los mismos elementos de arrepentimiento y fe; signos y maravillas.” (Haz Llegar el Evangelio, Marcador 1.1)
Oremos hoy por un nuevo derramamiento del Espíritu Santo sobre nosotros, nuestras familias, nuestros sacerdotes y nuestras parroquias. Pidamos que nuestra predicación esté ungida, por más conversiones y señales y prodigios entre nosotros.
Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos…. concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía, mientras manifiestas tu poder, realizando sanaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús. (Hechos 4: 24-30)
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor tu Espíritu y todo será creado, y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.